Otro rincón mendocino donde la tierra se doblega a fuerza de agua pacientemente guiada.
El calor de las siestas veraniegas es abanicado por las tupidas arboledas.
Aún en los caminos donde el asfalto dibuja las ciudades, acequia y arboleda pintan a Mendoza.
Amanecidas de otro siglo y con perfume a otras épocas, aparecen las viejas casonas del Junín de antaño.
Sitio Web: www.juninmendoza.gov.ar
Fuente: www.turismo.mendoza.gov.ar